Sé un faro
Un faro es una torre situada en las costas con una luz en la parte superior, que sirve para guiar a los navegantes. Gracias a los faros, los marineros pueden saber dónde se encuentra la tierra desde alta mar, incluso de noche. No son maravillas de la ingeniería (excepto quizá por el Faro de Alejandría, que sí tuvo el título de maravilla alguna vez), pero resulta imposible negar su valor en la proliferación de los viajes marítimos a través de los siglos. Incluso hoy en día, cuando la navegación por satélite los ha dejado casi obsoletos, los faros continúan funcionando, solo por si acaso.
Un faro es la representación ideal de lo que yo considero que es una buena persona. Alguien que, sin importar las circunstancias, se encuentra ahí para iluminar. No hace falta que sea por algo complicado, es más, muchas veces el rol de una persona que cumple con esta función puede limitarse a una simple sonrisa.
¿Y por qué algo así funciona? Pues porque en la completa oscuridad, hasta la más pequeña luz destaca. ¡Así que en realidad se necesita muy poco para iluminar! Si pasaste un mal día, incluso una sencilla sonrisa parece algo extraordinario.
Cuando las tinieblas desaparecen, todo surge más claro. Un navegante que divisa un faro ya no está perdido; sabe, al menos, dónde está la tierra. De la misma forma, cuando uno de estos faros humanos ilumina nuestra vida, de pronto las cosas parecen más sencillas.
Te animo a que actúes como un faro para los demás. Que cuando veas a alguien mal, le sonrías. Que siempre veas el lado positivo de las cosas. Que nunca dudes de que existe algo bueno en todas las personas. Que sueñes mucho y jamás te rindas.
Intento seguir estos principios yo mismo. Reconozco que no siempre consigo apegarme a este papel, pero en las ocasiones en las que logro iluminar a alguien, la sensación es maravillosa. Y hay algo más, que me parece lo más fascinante: cuando actúas como un faro, la luz se ve reflejada. Aquellos a los que iluminas pasan a iluminarte también, y a iluminar a otros. Esto me ha resultado invaluable, porque yo también, claro está, estoy triste y perdido en ocasiones, y cuando más necesité de un faro, esas personas han estado ahí.
Una sonrisa, realmente, puede cambiar tu vida.